martes, 22 de marzo de 2011


"A los niños les enseñan a leer en el colegio… ¿por qué vamos a enseñarles en casa?", "Ya tendrán tiempo de aprender a leer cuando les enseñen con seis años". Son comentarios que oímos decir a la mayoría de la gente. 

Ciertamente, el aprendizaje de la lengua escrita suele darse en las escuelas a partir de los cuatro o cinco años en los mejores casos, concretándose las habilidades lectoras entre los seis y los siete años.  



¿Y por qué no antes…?

Los bebés aprenden a hablar, a andar, a correr, a relacionarse con el mundo a lo largo de los tres o cuatro primeros años de vida. Sus capacidades psicofísicas se lo permiten. De la misma manera pueden aprender a leer. 

Lo único que tenemos que comprobar es que nuestro hijo tenga la madurez evolutiva necesaria para poder incorporar este aprendizaje, en principio complejo.
En el aprendizaje de la lectura intervienen diferentes áreas situadas en los dos hemisferios cerebrales: la que ve los símbolos, la que los reconoce, la que les otorga significado, la que oye las palabras y la que las reconoce. Para que el niño pueda aprender a leer, todas estas áreas deben poder establecer conexiones entre sí mediante las ramificaciones nerviosas de las células cerebrales que las integran. Para que estas conexiones se realicen adecuadamente, estas células (neuronas) deben estar revestidas de una vaina de mielina que las aísle eléctricamente. 

El proceso de mielinización de las neuronas se da durante toda la infancia, pero alrededor de los dos años de edad las conexiones básicas ya están establecidas y las áreas anteriores interconectadas. 

Podemos entonces afirmar que a partir de esta edad, el desarrollo cerebral del niño le permite incorporar la información lectora recibida y otorgarle significado.
De hecho, si un niño de tan sólo 18 o 20 meses le señalamos una etiqueta de "Coca Cola" o una tapa de su yogur habitual nos dirá 'lo que pone' casi de inmediato: está reconociendo unos símbolos escritos en un contexto concreto. Ese es el primer paso para la lectura. Y los dos años son un buen momento para empezar.

Lo que el niño de esta edad necesita para poder asomarse al mundo de la lectura es disponer de las imágenes adecuadas, suficientemente grandes y atractivas (la letra de los cuentos y de los libros es demasiado pequeña) como para captar toda su atención. Las letras grandes, el color rojo para empezar y el entusiasmo comunicado por el padre o la madre, son ingredientes suficientes para motivar al niño en la adquisición de la lectura.
Los padres podemos reinterpretar y ofrecer el lenguaje escrito a nuestro hijo de manera que adaptemos la información necesaria. Para que aprenda a leer debemos tener siempre en cuenta:
  • Los intereses del niño: temas que le motiven.
  • Sus necesidades y capacidades madurativas: la información debe seguir unos criterios de tamaño y letra adecuados.
  • Sus características específicas para el aprendizaje: la repetición diaria de los grupos de palabras, sesiones cortas pero frecuentes, etc.
  • Una actitud de entusiasmo, buen humor y confianza en las capacidades del niño por parte de quien lleve adelante el programa de lectura.
El niño aprende a hablar aparentemente sin esfuerzo. Por el mero hecho de estar inmerso en un ambiente lingüístico concreto, logra interiorizar y utilizar correctamente no sólo las palabras sino también las estructuras lingüísticas, ésas que nos dieron tanto la lata en las clases de gramática.

¿Cómo logra un niño acceder a un aprendizaje tan complejo como el lenguaje de forma tan sencilla?

Básicamente por cuatro motivos:
  1. Porque se encuentra en una etapa especialmente sensible para la adquisición del habla.
  2. Porque la repetición constante de palabras que nuestro hijo oye a su alrededor, le permite pasar de los primeros sonidos (balbuceos) a las primeras palabras 'papá', 'nene', luego a las palabras con valor de frase 'pan' (quiero pan), pasando por los pares de palabras 'mama ven' (mama ven conmigo a jugar) hasta llegar a las frases simples, a las más complejas y al dominio más o menos competente de una o más lenguas habladas.
  3. Porque las respuestas de entusiasmo que recibe de las personas que le rodean cuando logra articular una palabra, le animan a construir sus primeros intentos de frases. Ejercen de estímulo positivo para continuar aprendiendo.
  4. Porque el uso del lenguaje se convierte pronto en una necesidad para comunicarse con las personas y consigo mismo.
Este método de aprendizaje de la lengua materna es el mismo que utilizaremos para enseñar a nuestro hijo a leer a partir de los 2 o 3 años. Está basado en la repetición de las palabras que forman el vocabulario básico y habitual de nuestro hijo, y del estímulo positivo y el uso de la lengua escrita para contar y aprender cosas. El niño recibirá, a través de unas cartulinas que confeccionaremos a las que llamaremos BITS DE LECTURA (unidades de información), una imagen global de la palabra como unidad coherente y significativa que podrá memorizar, reconocer y reutilizar en diferentes contextos a medida que avanza el programa.

Las ventajas de la lectura en edades tempranas son considerables:

  • Por un lado, la lectura es la puerta de entrada al mundo del conocimiento y de la imaginación.
  • En ningún caso estos niños son problemáticos sino todo lo contrario. El problema no es empezar a leer pronto sino tarde.
  • El niño con una gran competencia lectora se siente más seguro de sí mismo, más motivado para el aprendizaje y, por supuesto, más capaz para enfrentar el aprendizaje de la lengua escrita.
  • Tal vez la mayor ventaja de enseñar a leer a un hijo pequeño sea la intensa relación que se establece entre el padre o la madre y el niño al compartir una situación de aprendizaje que ampliará las posibilidades creativas e imaginativas del niño, así como mejorará en gran medida su autonomía personal (podrá adentrarse en el mundo de la fantasía escrita cada vez que lo desee).
Como madre con hijos que han leído a edades tempranas puedo decir que para ellos era extremadamente gratificante leer de forma autónoma, poder leer a sus hermanos o amigos las cosas que les interesaban y, en cuanto al concepto que de ellos mismos tenían, su seguridad en sí mismos y su valía para el aprendizaje escolar tuvieron mucho que ver con su gran competencia lectora. En ningún momento, para ellos, supuso un problema saber leer desde pequeños.



Metodo Glenn Doman pra enseñar a los niños mas pequeños a leer.
http://contenidos.educarex.es/mci/2003/33/
http://contenidos.educarex.es/mci/2004/09_02/programa/index1.htlm

 

Para leer con niños de 0 a 3 años

Convierta la lectura en una rutina diaria

Trate de leerle a su niño por lo menos unos 15 minutos diariamente. La hora de ir a la cama es un momento especialmente apropiado para leer juntos. Ustedes podrán leer en español o en inglés.

Sostenga a su hijo cuando lean

Siéntelo en su regazo y lean. Permítale agarrar el libro y que le ayude a pasar las páginas.

Lea con efectos divertidos en su voz

Use su rostro, su cuerpo y su voz para hacer divertida la lectura. Use distintas voces para los distintos personajes.

Sepa cuándo detenerse

Si el niño pierde interés o tiene dificultad para prestar atención, deje el libro a un lado por un rato. Unos cuantos minutos de lectura son suficientes. Si el niño no lo está disfrutando, no continúe leyendo. Con la práctica, su niño podrá sentarse y escuchar por más tiempo.

Hablen sobre las ilustraciones

Muéstrele las páginas y hablen sobre las ilustraciones del libro. Pídale al niño que mire las ilustraciones para que busque indicios de lo que se trata el cuento.

Muéstrele a su hijo las palabras

Al leer, recorra con su dedo debajo de las palabras. Muy pronto, el niño descubrirá que leemos las palabras y no las ilustraciones. Si leen un libro en español, déjele saber la palabra en inglés. Dígale, por ejemplo: "En inglés, perro se dice dog."

Para leer con preescolares

Mencione cuánto disfruta el leer juntos

Dígale cuánto disfruta leyendo con él o ella. Hablen de la "hora de leer cuentos" como la hora preferida del día.

 Rodee a su hijo de libros

Trate de mantener libros en su hogar para que su hijo lea. Los libros comprados en librerías pueden ser costosos, pero usted puede adquirir libros de segunda mano, en ventas de garajes, en anticuarios o en ventas con descuento sin tener que gastar mucho. Recuerde además, que sacar libros prestados de las bibliotecas, ¡no cuesta nada!

Permita que su hijo escoja

Permita que el niño elija sus propios libros. Permitirle a un niño leer lo que le interesa es una forma de hacer la lectura divertida.

Convierta la lectura en algo especial

Hagan algo que convierta los libros y la lectura en algo especial. Ayudéle al niño a obtener su propia tarjeta de la biblioteca, obséquiele libros y cuentos grabados y use los libros para premiarle por sus logros.

Muéstrele al niño las partes de un libro

Miren la cubierta. Comenten de qué se puede tratar el libro. Miren los números de las páginas. Mencione quién lo escribió y quien lo ilustró.

Muestre cómo se leen las palabras en una página

Indique que leemos las palabras en una página de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo. Explique que las palabras se separan por medio de espacios.

Hágale preguntas a su hijo

Haga comentarios sobre lo que ocurre en la historia e indique elementos en la página. Pregúntele al niño algo como: "¿Qué crees que ocurrirá después?" o "¿Qué es esto?"

Permita que el niño le haga preguntas

Si su hijo le hace una pregunta, deténgase y respóndale, incluso si eso implica interrumpir el cuento. Busque la manera de mencionar cómo se relaciona la historia con la vida de su hijo.

Lean lo mismo una y otra vez

A los niños les encanta escuchar sus cuentos preferidos una y otra vez. No lo dude y léale a su hijo el mismo libro, ¡por enésima vez! Esto es provechoso para su hijo.

Deje que su hijo le cuente el cuento

Muchos niños memorizan los cuentos que han oído varias veces. Cédale el turno para que "le lea" el libro a usted.

 Hable sobre la puntuación

Explique que la puntuación es una manera de mostrar cómo hablamos. Usted podría decirle por ejemplo: "Cuando hablamos, por lo general hacemos pausas al final de las oraciones. Al escribir lo hacemos usando un punto."

Use cuentos grabados

Si usted no habla inglés pero desea que su hijo escuche cuentos en inglés, puede obtener libros prestados de una biblioteca que tenga grabaciones. Su hijo podrá escuchar un cuento leído y al mismo tiempo leerlo en el libro. O podrá usar programas para computadoras como Solo Abuela y Yo (Just Grandma and Me) donde se resaltan las palabras en la pantalla al tiempo que una voz pronuncia las palabras. Los niños pueden escuchar el cuento y jugar en inglés, francés, alemán o español.

Para leer con niños en escuela primaria

Anime a su hijo a leer otro libro

Encuentre la manera de animar a su hijo a leer. Si le gusta un libro, busque otro con un tema similar o del mismo autor. Pídale a una bibliotecaria o a una maestra que le sugieran libros.

Túrnense para leer

Cuando su hijo sepa leer, pídale que le lea en voz alta todos los días. Ustedes podrán turnarse: usted lee una página y el niño la siguiente.

Haga conexiones con la vida de su hijo

Ayúdele al niño a conectar lo que lee en los libros con lo que ocurre en la vida. Si leen un libro sobre la familia, mencione por ejemplo en qué se parece o se diferencia lo que ocurre en el cuento a lo que ocurre en su familia.

Incentive al niño a leer

Anime a su niño a leer a la hora de acostarse. Ofrézcale escoger entre leer o dormir. La mayoría de los niños elige leer, siempre y cuando no se les ofrezca algo más tentador (como la televisión).

Trate distintos tipos de libros y revistas

Anime a su niño a leer distintos tipos de libros, artículos o cuentos. Algunos niños, especialmente los varones, prefieren los libros que no son de ficción. A otros les gustan más las revistas.

Encienda el circuito cerrado en el televisor

Cuando vea un programa de televisión con su hijo, trate de hacer uso de la opción de circuito cerrado. Esto muestra en la pantalla del televisor las palabras que dicen los personajes. Algunos consideran que esta es una buena manera de aprender inglés.

Texto extraido de: http://www.solohijos.com/html/articulo.php?idart=83

http://www.colorincolorado.org/familias/hogar/divertidas#tres

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